1ª KDD CONTRAVIENTO: ÉXITO TOTAL

Tantos meses, semanas y días de trabajo se ponían a prueba en tan sólo unas horas. Todo estaba preparado y ya no había vuelta atrás. En la cabeza de todos los organizadores el mismo pensamiento: ¡Vamos allá!. La música sonaba dándole la bienvenida a un día grande que se despertaba con una estampa preciosa: estiramientos, aire a las ruedas e ida y venida de ciclistas de distintas edades, bicis, peñas; pero todos unidos por el ciclismo. La meteorología se alió con Contraviento y todos los dioses pusieron de su parte: Apolo dios del Sol respondía a la cita y Eolo gracias adiós ni apareció en todo el día.

Los ciclistas iban llegando al punto de reunión y los saludos, abrazos y pasteles se sucedían para romper el hielo. Las palabras dejando claras las normas ,tan trámite como necesarias, daban lugar ahora ya sí a la salida. El sílbato sonó como música celestial y el pelotón con casi 100 corredores salía hacia la Plaza del Parador para coger rapidamente la carretera hacia Pedroñeras. Los primeros kilómetros servían para "charrar" con unos y otros pero sin dejar de mover los pies, pues el ritmo era alegre. Protección Civil de las Pedroñeras recibía al grupo para acompañarlo por todo el territorio correspondiente a su término.

El Pelotón atravesaba Las Pedroñeras bien respaldado por motos y coches de la organización poniendo rumbo a Belmonte. La media era elevada y el calentamiento se hizo más que rápido, el coche de dirección de carrera llegó a los pies de Belmonte y Roberto (Director de Carrera) dejaba asomar la banderola roja que daría la veda para iniciar la subida al Castillo de Belmonte. Cómo cual toro que ve un capote, en el pelotón se bajaron piñones y se apretaban los dientes para completar el primer tramo libre. La bandera se agitó, el silbató sonó y el coche aceleró; fue entonces cuando el pelotón se hizo añicos y cada ciclista adaptaba su ritmo a una subida que aunque tendida exigía a cada uno su dosis de energía. Fernando de P.C Herrada llegó en primer lugar a la meta volante haciendo gala de un gran estado de forma, Pibre de Sedaví, Alberto de Contraviento, Manu de Villarrobledo y otros más completaron la subida en posiciones delanteras. En la cima esperaba un avituallamiento líquido con unas azafatas atentas a todo. Barrita, foto, vasito de isotónica, pis rápido y la cala ya en el pedal para continuar la marcha.
Una vez reagrupado el grupo, el coche de dirección ponía rumbo a Osa de la Vega. Después del calentón el ritmo era ahora algo más tranquilo. Subibajas, Sol y más Sol acompañaban al pelotón por un verde impropio de la Mancha. Once km. después de salir de Belmonte se llegaba a Osa de la Vega y el grupo pedaleaba hacia Fuentelespino de Haro. Uno de los momentos más duros de la carrera se acercaba y el grupo lo sabía. Roberto daba vía libre al pelotón en el 2º tramo sin control y el rompepiernas empezaba, sin ser cuestas con demasiada pendiente los constantes "toboganes" hacían sudar de lo lindo a todos. Cómo consuelo un paisaje espectacular, vegetación frondosa y clima inmejorable. Mientras se subían y bajaban constantemente piñones la carretera ponía a cada uno en su sitio. Alberto de Contaviento llegaba acompañado con un nutrido grupo de "galgos" para innagurar el 2º avituallamiento. La gente iba llegando poco a poco para reponer fuerzas con unos exquisitos bocadillos de jamón y todo tipo de recuperantes que saciaban a todos y daban alas para afrontar un interesante tramo final.

Todos los ciclistas una vez avituallados se reagrupaban tras el coche para iniciar el tramo final. El pelotón se dirigía hacia Alconchel de la Estrella con buen ritmo y algun que otro susto en frenazos inesperados. Pasado Alconchel los corredores serpenteaban por las carreteras manchegas en dirección a Villalgordo del Marquesado donde esperaba una gran sorpresa. Al llegar al pueblo el público se agolpaba a ambos lados de la carretera para aplaudir y vitorear a la carrera, los habitantes del pueblo se encontraban de procesión, pero los ciclistas hicieron suyo el momento y agradecieron el reconocimiento que les brindaba el pueblo. Con el subidón del "héroe aclamado" el pelotón se dirigía hacia Villar de la Encina y la tensión aumentaba ante la cercanía del tercer y último tramo libre. Los galgos tomaban posiciones y unos y otros echaban mano a sus bolsillos traseros para cargar pilas y asegurarse la energía en los últimos kilómetros.

Antes de llegar a Pinarejo y en unos duros repechos se lanzaba por última vez la carrera, el momento de la verdad había llegado. Al principio, nadie se decidió a tirar lo que propició que se formara un grupo grande de unos 30 o 40 corredores. Poco a poco el ritmo se elevó y el gran grupo se deshizo provocando la rabia de unos y el consuelo de otros. Pinarejo se cruzó muy rápido para poner rumbo a Santa María. Las buenas carreteras, en bajada durante este tramo, y la ausencia de viento desembocó en un ritmo infernal con "hachazos" y fugas constantes en el grupo delantero, que se fueron abajo gracias al ritmo infernal que ponía Fernando Herrada de Mota del Cuervo. Los habitantes de Sta. María recibían a los corredores y daban el último aliento para completar los 9 kilómetros finales del recorrido. Cada grupo ponía velocidad de crucero para coger al de delante y no ser absorbidos por los de atrás.

El grupo delantero iba a llegar con unos 15 corredores en los últimos kilómetos, destacar la presencia de 4 Contravientos en ese grupo (Roberto, Javi, Fran y Alberto). Los tirones se sucedían y las fuerzas se agotaban, nadie quería perder rueda y todos se agarraban al manillar como quien se agarra a la vida.
El último kilómetro se hizo eterno para la "tete de la course", cuando una tímida curva a la izquierda daba la bienvenida a los elegidos que entraban en las calles de la Alberca. Una larga recta agolpada de gente dejaba entrever la meta que otorgaría la gloria que sólo uno podría saborear. P.C Herrada entraba con dos ciclistas más que bien colocados en los últimos metros que hacía preveer un doblete sencillo para los de Mota(Masso y Fernando). Fue entonces cuando se paró el tiempo, Alberto de P.C Contraviento alentado por su público metió todo lo que tenía y apretó los dientes para remontar en un sprint memorable y llevarse la etapa por apenas media rueda bajo el delirio del público de casa. Estuvo muy cerca en varias cicloturistas y por fín la carretera le dió lo que le quitó otras veces.

Un último avituallamiento para los ciclistas en la Plaza del Parador, mientras el público de La Alberca recibía emocionado entre aplausos y vítores a cada uno de los participantes de la marcha. El Ayuntamiento de La Alberca se involucró con el evento y otorgó a cada corredor un pequeño obsequio conmemorativo que todos agradecieron.

Después de la ducha, un nuevo evento esperaba a los ciclistas. En el Paraje Natural de la Serrezuela se preparaba un exquisito arroz caldoso cocinado por la Alcaldesa que hizo las delicias de todos los que se acercaron.


Hasta el año que viene.

Un saludo.

Carlos.