
Los hermanos Rubio de Contraviento, Alberto y Luis, junto con un miembro de la P.C. Sedaví, Javi y Juan Carlos de C.C. Honrrubia, se dirigieron a Casas Ibáñez para aventurarse de nuevo a otra marcha. Se dirigieron sin imaginarse la dureza de dicha marcha, no solo por el terreno (que ya lo conocían) sino también por el ritmo y la presencia del Señor Eolo, quién no quiso faltar a la cita.
Eran las 9 de la mañana y la traca anunció el comienzo de la marcha manchuela. Nada más salir, sin tiempo a calentar los músculos, el ritmo era vertiginoso alcanzando unas velocidades superiores a los 40km/h. A los pocos kilómetros de salir del pueblo el pelotón se rompió en dos debido al durísimo ritmo que impuso los Caja Rural separando a nuestros dos hermanos, dejando a uno de ellos, Alberto, en el grupo de cabeza acompañado de Javi (después de un tremendo esfuerzo para enganchar)y, al otro, Luisja, en el segundo grupo.
A los 40 km. el segundo grupo se dividió dejando a Luis con un grupo de 30 participantes llevando un fuerte ritmo que iba recogiendo a todo aquel que se había desinflado por aguantar el ritmo de los Caja Rural. En el km 60 después de la subida dura de Valdeganga, Alberto decide dejarse caer y enlazar con un grupo que se había quedado cortado en dicha subida, ya que el ritmo impuesto por el grupo de profesionales que había en el grupo delantero, que ya solo contaba con 40 integrantes, era demasiado (42km/h de media en ese momento).


Llegó el km. 75 y con ellos el primer puerto. Fue aquí donde el terreno y el viento puso a cada uno en su sitio. El grupo de Alberto continua a un ritmo constante y tranquilo, mientras que el grupo de Luisja quedó reducido en 10 personas, entre ellos nuestro joven contraviento, quiénes se escaparon del resto tras una fuerte subida. A partir de aquí comenzó la verdadera lucha de

Tras coronar y llegar a las Eras, solo quedaban 15 km para meta pero que quizás por la fuerza del viento para muchos ciclistas se hicieron eternos, en el grupo de Alberto se pusieron de acuerdo 8 de ellos (entre ellos Alberto) para dar caza a el corredor del grupo tribus escapado y mantener un ritmo constante hasta Casas Ibáñez donde Alberto se alzo con el sprint del grupo, no pudiendo llegar a coger a 2 corredores que se escaparon a falta de 600mtr de la llegada, que entraron unos segundo antes.

Como conclusión marcha bien organizada, con un nivel muy alto, y en cabeza altísimo, maillot de regalo y aperitivo a la llegada.
Luisja
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