"Ayorar" a otro sitio: Gran Marcha, Gran equipo.

Si a alguien le dicen: "Oye, vamos a Ayora que hay una cicloturista de 150 kms. con 2200 m. de acumulado y prepárate que habrá viento y lluvia" ¿Qué le contestarías?. Eso es una locura. Pues así fue esta IV Marcha Cicloturista Valle de Ayora-Cofrentes. 

Llegaba una de las citas fijas para Contraviento en la temporada; la Ciclotusita de Ayora siempre se marca en rojo en el calendario y llegaba el momento de sufrirla y disfrutarla. Si algo es bueno y gusta, ¿Para qué cambiar?. El equipo CO, formado esta vez por diez valientes, (contando a Luisja que nos acompañó un día después de salir del hospital) se pegaba un madrugón importante para acudir a la cita. Unos desde Valencia y otros desde La Alberca, cargaban las bicis en los coches, aún con las legañas en los ojos, para poner rumbo a Ayora. Una hora de viaje apróximadamente desde ambos sitios. Conforme el coche devoraba kilómetros el "gusanillo" y la ilusión crecían, algo inevitable.

Al llegar, los habituales prolegómenos: ir a recoger dorsales, bolsa de corredor y chip; comer algo y por supuesto el "vaciado de estómago" de rigor. Esto también es inevitable, para que negarlo. Ahora, a los vehículos a prepararse. La estampa era bien bonita: caras de nervios, gente vistiéndose con sus mejores galas y bicis escondidas que, de repente, salían de los coches a la luz. ¡Esto es ciclismo!

Una vez todos listos, ¡Al lio! La calle habitual de salida parecía más llena que nunca. Una serpiente multicolor abarrotaba cada uno de los centímetros cuadrados de la misma y el speaker daba rienda suelta  a su discurso. Minuto de silencio, datos de la marcha y recomendaciones a corredores fluían claro y alto por los altavoces instalados en la línea de salida. Por fin la traca inicial ponía el punto de partida a la marcha y el "clac, clac" de las calas sonó cual mascletà. Llegaba el momento de la verdad, quedaban 150 kms. por delante y muchas horas de bici. 950 corredores tomaban la salida y sólo 800 pasarían por debajo de la meta en la llegada. Esto habla y de que manera de la dureza de la marcha. 

Los galgos ya salieron a "palos" en cabeza para ir seleccionando el material. Por detrás, cada corredor buscaba su ritmo y un buen grupo en el que integrarse. Esto es muy largo. En el caso de Contraviento, por delante se formó un grupo con Alberto, Javi Chus, Fran y Roberto Jr que vieron impotentes como el grupo de ciclistas que rodaban en cabeza se iban escapando sin poder hacer nada por coger su rueda. Nada más salir del pueblo de Ayora, el grupo Co, encabezados por Alberto, que desde el principio cogió las riendas del grupo, puso ritmo a su particular remontada. Conforme iban pasando los kms., el grupo delantero de Contraviento iba psando grupos de ciclistas que se iban descolgando de la cabeza de pelotón y se reenganchaban al tren que iba formando Contraviento, creando así, el segundo pelotón de la marcha. En medio, Roberto padre, y por detrás otro grupo con Carlos, Jose, Luis Gitano y Miguel. Nada más salir del pueblo se cogía una nacional (CV-440), que ya picaba para arriba y ponía las piernas calentitas a unos y otros debido a los tirones. Muchos pensaban "a este ritmo yo no llego"; pero nada más lejos de la realidad, esto son los primeros kms. hasta que todo se estabiliza. Tras unos 15 kms. de ligera subida, la carretera se ponía cuesta abajo, para afrontar una larga aunque suave bajada. El aire molestaba, por ello todos buscaban una buena rueda que coger y un grupo grande para volar. 

Con 30 kms. cumplidos de la marcha se pasaba por Jarafuel y con 40 por Jalance tras una pequeña subida. Dos pueblos que se cruzaban en línea descendente y que recibían a los corredores con tambores y dulzainas que alegraban el paso y dotaban de musicalidad al evento. El equipo CO, seguía en sus posiciones, por detrás Luis, Jose, Carlos y Miguel volaban a más de 50 kms/h. con un grupo enorme. Roberto padre y el equipo CO elite hacían lo propio en sus respectivos pelotones. Se acercaba el primer puerto y eso se notaba en el ambiente. 

En el kilómetro 52 comenzaba el primer puerto de la prueba. La subida de Casas del río-Los Pedrones tenía 8 kms. con un promedio de 4,2%. Nada descomunal, pero ya con algunas rampas duras, en las que había que emplearse a fondo. En el equipo Contraviento delantero decidieron subir el puerto todo juntos como buenos compañeros. Por detrás, Luis y Carlos marcaban el ritmo para subir al otro equipo CO, completado por Jose y Miguel, cómodamente hasta arriba. El gran número de participantes te permitía ir hablando con unos y otros y echarte unas risas de vez en cuando; el ambiente era sensacional. Además Luisja, con un coche de la organización, hizo una función enorme: daba ánimos a los Contraviento, proporcionaba agua en caso de necesidad y amenizaba las subidas enormemente. Gran labor la suya.¡Chapeau!

Tras coronar, quedaban ahora unos 10 kms. de toboganes antes de afrontar la bajada, por lo que había que andar con cuidado. Una vez superado este tramo, comenzaba el descenso. Por lo tanto, operación matemática a la vista: tramo de enlace hasta el siguiente puerto, igual a, momento clave. Este tipo de instantes son los que te pueden salvar una marcha y no hacértelas pasar canutas. Hacía mucho aire y tras coronar había que estar atento para coger un gran grupo en el que colocarse. Por delante, los amarillos élite se pusieron de nuevo en cabeza de su grupo para completar la bajada. Más atrás, Luis hizo un gran trabajo para que Carlos, Jose y Miguel contactaran con un grupo de más de 40 corredores que iban a mil. Una vez en él, a gozar. Bajar a más de 60 kms/h sin dar un pedal con el aire que hacía era como ver un oasis en el desierto.

Hasta el siguiente puerto quedaban más de 20 kms. por lo que los diferentes integrates de Contraviento permanecieron en sus grupos rodando a mil hasta la base de la segunda gran subida de la Marcha. Era muy importante, durante estos tramos menos exigentes, ir comiendo para arrancar de raíz cualquier conato de pájara. Durante estos kms. se pasó por Cofrentes y se pudo ver uno de los momentos más bonitos de la prueba con toda la belleza del Valle de Ayora-Cofrentes en su esplendor. El embalse de Embarcaderos y las preciosas vistas hacían las delicias de los participantes. Alberto en este tramo volvió a demostrar su gran estado de forma y fue quién, sin pensarlo, se puso a remar y a remar, seguido siempre de Rober, Fran y Javi. Después de muchos kms. tirando el Presi pidió un poco de colaboración pero nadie se decidía a ayudar, así que, Rober fue quién tomó las riendas del pelotón y mantuvo el ritmo hasta el pie del 2º puerto.

Una vez disfrutado de las vistas, llegaba la hora de ponerse el mono de faena, otra vez. El segundo puerto comenzaba en el interior de Jalance que, de nuevo, daba ánimos con sus tambores y dulzainas. Esta segunda cota era algo más seria, más larga y un poco más dura, sobre todo los kms. 2 y 3 que a más de uno les sorprendieron. Nada más comenzar la ascensión, Alberto pinchó, pero enseguida encontró asistencia y mientras reparaba el tubular Javi, Rober y Fran siguieron con la subida. Alberto se encontró a Jorge un conocido de Contraviento y entre los dos volvieron a coger al grupo amarillo que había seguido subiendo y finalmente los guió hasta la coronación. Más atrás, el otro grupo CO, afrontaba el puerto con mesura para tratar de no sufrir consecuencias en futuros kms. Aún así, era bastante difícil subir todos juntos los primeros kms. debido a su dureza. Luis y Carlos subieron juntos estos primeros kms. y luego esperaron a Jose y Miguel para ascender la parte más cómoda todos juntos.

Una vez coronado Morajete, a buscarse, de nuevo, las abichuelas para entrar en un buen grupo para sufrir lo menos posible con el aire, pues todavía quedaban 50 kms. para meta. Todos los Contraviento lo consiguieron y unos y otros encontraron buenas ruedas a seguir que les aproximaran a la base del Caroche o "infierno" como le llaman muchos. Era hora, de soltar piernas y comer para reponer fuerzas.

Tras completar la bajada del Morajete y con 120 kms. de Marcha se llegaba al segundo avituallamiento antes de subir la última y durísima cota. El grupo CO delantero paró en el avituallamiento para recargar bidones y comer alguna barrita. Carlos, Luis, Miguel y Jose  también pararon a tomar un respiro recargar pilas para el tramo más exigente. Quedaba lo más duro de la marcha y las "patitas" ya llevaban buen sobo. 

La aproximación al Caroche es una pestosidad infinita, no se me ocurre adjetivo más adecuado para definirlo. El asfalto es rugoso en el que la bicicleta parece no rodar y los subi-bajas no llegan a ser ni una cosa ni otra, por lo que había que regular muchísimo para no llegar tocado al tramo más duro.Un cartel de "comienza puerto" estaba colocado en una bajada antes del primer kilómetro de subida, una ácida ironía. La dureza del Caroche con alguna rampa del 16% hizo que el grupo CO elite se quedara incluso clavado. Rober y Fran empezaron a dar síntomas de flaqueza y con avisos de las temidas rampas. Unos metros por delante, Javi y Alberto (junto con Jorge) animaban a los Contraviento que peor lo estaban pasando.

Empezaba también la ascensión para el último grupo CO.  Los tres primeros kilómetros se subieron bien, no eran nada del otro mundo, pero había que subirlos claro. Pero en el cuarto kilómetro llegaba el mazazo, de media un 10% y las fuerzas ya pocas. Luis puso su ritmo y se fue unos metros, Carlos le seguía no muy lejos y , por detrás, Miguel y Jose afrontaban la ascensión a su ritmo. Algunos decían antes de la Marcha: "Ya veréis el Caroche, es un puerto muy bonito, con unas vistas espectaculares...bla bla bla". Cuando es tan duro no te fijas en nada y sólo piensas en cada metro menos que te falta para coronar. Una vez completado este tercer kilómetro, el cuarto no era menos. Tambien 10% de desnivel medio y algún regalito como las rampas del 16 %. Las "riñonás" de unos y otros eran un auténtico espectáculo y las caras ya para que mencionarlas: una mezcla entre un chino cagando y un cantaor en su momento álgido. Ahora me río, pero telita, telita... Finalmente quedaban los últimos 500 metros al 12% de media, eso ya para acabar y tal. 

Una vez coronado el Caroche parece que se acaba todo, pero no, aún hay que pedalear. Con 135 kms.todavía hay que hacer otros 15, que esos no te los regala nadie. El descenso del Caroche se hizo bastante bien a pesar del aire y como guinda unos últimos 5 kms. de subida por la nacional con un aire frontal terrible para llegar a Ayora y cruzar, por fin, la línea de meta. 

Enhorabuena a todos los Espartanos Contraviento que se portaron como jabatos y dejaron el pabellón bien alto. 150 kms. más de 5 horas de bici pero siempre siendo compañeros y un gran equipo. Enorme también Luisja apoyando desde el coche y acompañando a Contraviento durante todo el día; ya verás como pronto estarás dándole duro. ¡Qué demostración de todo Contraviento una vez más! "Hip, Hip ¡Hurra!"

Mención especial para la organización de Ayora que simplemente es inmejorable. Los avituallamientos, la señalización, la comida.... Podríamos  estar detallando horas y horas lo genial que estaba todo, pero no lo vamos a hacer. Contraviento firma debajo de lo que publicaban ellos en su web que lo resume todo en una sola frase: "Un año más, la ruta de los Castillos ha sido un éxito y sigue consolidándose a nivel nacional como una de las pruebas mejor organizadas y con mejor ambiente." ¡¡ENHORABUENA!!

Aquí podéis ver las fotos de la Marcha y las clasificaciones:

Clasificación

Fotos

Carlos, Rober