La mañana empezaba con un problemilla, Rosillo se le había olvidado las zapatillas en el Provencio, y se vuelve a por ellas (anda que no hay zapatillas en la Alberca.) por lo que el resto apunto de quedarnos congelados decidimos esperarle tomando un café, café al que no invitó, gran detalle.
Decidimos cambiar la ruta para que la vuelta sea con el aire a favor, por lo que salimos dirección El Castillo, había tramos llanos que no pasábamos de 20 km/h de la fuerza con la que trataba de pararnos el Dios Eolo. Pero intercambiando relevos conseguimos llegar y conquistar el castillo. Nos damos la vuelta, ya que cayman arrastra un fuerte resfriado y no era cuestión se ir sufriendo por ahí, por lo que nos volvemos por Pinarejo y damos un poco más de vuelta por Villar de la Encina y Santa Mª. Al llegar igual que cohetes propulsados de la fuerza con las que nos empujaba ahora el viento. No contentos con el recorrido decidimos ir al polígono y llegar casi a los 60 km, que son muchos visto como estaba el día. Pasamos por el Restaurante para tomarnos algo y cada uno a su casita.
El fin de semana más, esperemos que por lo menos con un poquito menos de látigo de nuestro amigo......
Saludos
Alberto
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