lunes, 4 de febrero de 2013

VIENTO, GACHAS Y MÁS VIENTO


El pasado Sábado 2 de Febrero tuvo lugar la "ruta gachera" en la que Rosillo y Matilde invitaron a toda la familia Contraviento a unas deliciosas gachas. Multitud de factores, buenos y malos, harán que muchos se acuerden de esta etapa; pues el viento y la comida made in Matilde fueron los principales protagonistas.

Diecinueve valerosos Contravientos (Foto + Chaparro y Nino), se dieron cita en la ventosa mañana del sábado. El aire había despertado con fuerza y unos y otros sabían que sería una mañana dura. Así que, manos a la obra. Ante los problemas Contraviento no se PREOCUPA, Contraviento se OCUPA. Con el mono de faena puesto, el pelotón se dirigió dirección Sta. María en unos primeros kilómetros de tanteo. La sorpresa llegó cuando el grupo giró en dirección a Villar de la Encina. PAM, alguien se había dejado la puerta abierta. Una tremenda racha de viento daba la bienvenida a Contraviento de manera ruidosa y desagradable. Pero todo el mundo se agarró fuerte al manillar, agachó la cabeza y estrujó las bielas mientras el airetón frontal percutía sin cesar en la primera línea del ejercito amarillo. Una clara prueba de Hombre vs Naturaleza en su máximo esplendor.

Tras estos feos kilómetros, el pelotón cogió la nacional y el aire cambió. No se si a mejor, pero cambió. Ahora era lateral y había que sujetar la bici con fuerza si no querías llevarte un susto. Los relevos se sucedían  y los kilómetros pasaban lentos, pero pasaban. Una vez el grupo llegó a Belmonte puso rumbo al Pedernoso. Aquí el aire ya favorecía más que perjudicaba y el ritmo aumentó de manera considerable. Pero el éxtasis total fue al llegar a Las Pedroñeras. Todo el aire que nos había ido frenando ahora se ponía a nuestro favor y... A VOLAR. A más de uno se le quedó corto el desarrollo. Velocidades de 65 kms/h, fuertes relevos y ataques llevaron a los Contraviento desde Las Pedroñeras al Provencio. Así da gusto.

El porche de Rosillo pronto se convirtió en un improvisado pàrking de bicis. Tocaba recuperar fuerzas con una espectacular almuerzo-comida-merienda que había preparado Matilde. Las gachas, torreznos, panceta, chorizos, estaban buenísimos y pronto fueron devorados por los hambrientos Contravientos. Agradecer a Rosillo y a Matilde por la genial comida a la que fuimos invitados, así como su hospitalidad y amabilidad. ¡Muchas gracias! Antes de volver a la carretera, foto de grupo y fotos con las bicicletas edición limitada que Rosillo conserva de sus años de profesional.


Ya sólo faltaban 18 kilómetros hasta el pueblo, pero las gachas, el cansancio y de nuevo el aire no hicieron cómodos los últimos kilómetros hasta el pueblo. Poco a poco y como una peña unida se hizo camino y se alcanzó el pueblo no sin esfuerzo.

Preparaos para el siguiente finde que llega la RUTA CARNAVALESCA.


Un saludo.


Carlos!




2 comentarios:

  1. Muy bien, Carlos. Tú en tu línea. ¡Qué bien escribes, chaval!

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  2. Gracias tía. Me alegro que os guste. 1 Beso.

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