Tradición, continuidad y pureza son los términos que
emplean los expertos para definir a las "clásicas". Pues bien, cumpliendo
todos estos requisitos la clásica Marcha P.C Contraviento llegaba a su VII
edición repleta de expectación y con mayor participación que nunca. Se habían anunciado cambios en el kilometraje,
recorrido y tramos libres pero lo cierto es que "La Contraviento"
mantiene el mismo sabor de siempre. El
sabor del que viene a disfrutar sin más pretensión que esa.
Amanecía soleado y apacible en la hospitalaria
localidad de La Alberca de Záncara; si el tiempo pone de su parte todo es más
fácil. Pronto la Plaza del Parador comenzó a hervir con el ir y venir de ciclistas que ajustaban los últimos detalles de sus monturas. Las carpas de
inscripción y recogida de dorsales se llenaron de saludos, abrazos y
chascarrillos; ese antiguo colega que te vuelves a encontrar en una batalla
más. CI-CLIS-MO. Preciosa estampa la de los más de 180 corredores que
componían el pelotón multicolor en la línea de salida. Una foto maravillosa. Estoy
seguro que nadie cambia el momento previo a comenzar una Marcha; ese gusanillo
en el estómago que sabes que compartes con aquel que tienes al lado.
Sentimientos...
Pues bien, sobre las 8:30 h daba comienzo la séptima
Marcha P.C Contraviento con 123 kms de aventuras por delante. El pelotón,
guiado por el coche de dirección, ponía rumbo a Las Pedroñeras a través de una
carretera de altiplanos y buen firme. Estos 20 primeros kms. sirvieron para calentar
y poner los músculos a tono. Dejando atrás Las Pedroñeras a buen ritmo, el gran
grupo ponía la cruz roja en El Pedernoso, su próximo destino. Durante estos
kilómetros todos pudieron disfrutar de la variedad cromática del paisaje
manchego: los verdes de las cebadas tempranas en contraste con el resultón rojo
amapola y el ocre de las cosechas maduras. Un bonito decorado.
Superada la localidad de El Pedernoso el pelotón giraba
dirección a Belmonte donde llegaría el primer tramo libre. Una suelta de 8kms donde
los ciclistas debían enfrentarse al exigente "Muro de Bellmont" con
rampas del 10% y a pies de su majestuoso Castillo. ¿Os acordáis del sabor a
Clásica?
Antes; un pequeño alcance acabó con varios corredores
en el asfalto. Por suerte no fue nada grave y todos pudieron continuar tras
pasar por el taller de chapa y pintura (servicios médicos): Javi Chusqui y Dani
Vieco sois unos titanes.
El director de carrera daba banderazo verde a la
prueba y ésta quedaba libre para la disputa del Muro de Bellmont. Pronto los
galgos comenzaron a poner ritmo con el fin de seleccionar y no llevarse
sorpresas en el "rampón" final. Las almenas del imponente Castillo de
Belmonte asomaban en el horizonte y unos y otros buscaban llegar en buena
posición a los pies del muro. Los primeros pronto sufrieron la dura rampa y
certificaron aquello que les habían contado. Los palos y ataques se sucedieron
y en un arreón final Luis Alberto Martínez (Campeón de Madrid de Maratón MTB)
se impuso en los últimos metros proclamándose Rey del Muro de Bellmont 2016. Por detrás unos y otros se retorcían encima de sus bicis
para poder superar la corta pero dura ascensión. Finalmente todos coronaron con
la satisfacción de haber superado el primer tramo emblemático de la marcha. Si,
se puede disfrutar y sufrir a la vez.
Tras el reagrupamiento era momento de coger aire y bajar
pulsaciones pues en apenas 10 kms había otra batalla que lidiar en el Alto de
Fuentelespino. La
caravana ciclista se ponía de nuevo en marcha en dirección a Osa de la Vega,
por una carretera con buen firme y sin apenas tráfico. El sol hacía ya acto de
presencia y le daba calor a una fantástica mañana; ahora bicis y maillots
lucían en todo su esplendor pintando de colores el gris asfalto. Las risas y
comentarios inundaban el pelotón, era momento de disfrutar aunque no por mucho. Antes de entrar a Osa un giro
repentino a la derecha presentaba una carretera estrecha.
El director de
carrera sacaba pito y bandera y la prueba quedaba lanzada de nuevo en el
segundo tramo libre del día. El
calor apretaba, el asfalto se agarraba y todos sufrían, pero esto es ciclismo,
es lo que hay. Los de delante a palos y los de atrás a ritmo y en grupetas para
afrontar de la mejor manera el recorrido rompepiernas. Alberto de Contraviento se
imponía al sprint en el Alto de Fuentelespino tras una pequeña fuga de 4
corredores. Los ciclistas iban
llegando al avituallamiento de la prueba, para descansar y reponer fuerzas con
un bocadillo, bebidas, plátanos y barritas. Era hora de coger aire y
comentar la jugada.
Una vez más, el pelotón se ponía en marcha para
completar la última parte de la etapa. El gran grupo consumía kilómetros de
manera constante, serpenteando entre curvas, repechos y cruces. Así se llegó
hasta Alconchel de la Estrella que vio fugaz como la comitiva desaparecía y la
normalidad reinaba de nuevo en la pequeña localidad. Ahora era el turno de Villalgordo
del Marquesado, apenas una calle cruzaba el pueblo, pero fue suficiente para
que los lugareños salieran al encuentro del acontecimiento ciclista. Miradas
atónitas y alguna arenga espontánea. Se aproximaba la última suelta y la
tensión se palpaba. Es como cuando te juegas todo en el examen final, los
parciales ya no cuentan. Era el momento decisivo para unos y el momento de relajarse
para otros, los galgos hacían uñas para estar bien colocados en la aparición
del banderazo, mientras atrás se preparaban para ver en primera plana el
destrozo que se produciría en el pelotón.
Pues bien, el
momento llegó. J. Domingo (race director) sacó pito y bandera a pasear y la
marcha quedó libre. Ahora los ciclistas tenían 25 kilómetros hasta meta, con la
dura subida adoquinada al Castillo de Garcimuñoz. El pelotón se hizo añicos en las primeras rampas del Castillo. Por delante el ritmo infernal de
Luis Alberto (Bicicletas Piña), campeón del "Muro Bellmont", hizo la
selección de siete corredores: Pablo Pello (BH Concept), Alberto Ponce
(3HCycles), Emilio (Mesevasola), Nacho Caniego (Contraviento), L. Javier
(Contraviento) y Alberto Rubio (Contraviento). La "tete
de la course" pronto aumentó la distancia con el resto, mientras que los
demás trataban de subir las duras rampas al máximo de sus capacidades. Era importante
coronar la pequeña cota y buscar un grupo en el que integrarse para completar
los últimos 15 kilómetros del recorrido. Kilómetros de rodar. Si las duras rampas del interior del pueblo no eran
suficientes el adoquín provocaba el incontrolable bote de la bici. Ciclismo
clásico en su máxima expresión. Todos los ciclistas
coronaban al límite de pulsaciones y con las piernas ya bien calientes; una
bonita subida que exigía lo mejor de cada corredor.
La buena organización de los siete escapados les permitió sacar unos
15" a un numeroso grupo perseguidor. Por
detrás, se volaba para dar caza a la escapada y cada grupo posterior apretaba
al máximo para conseguir absorber a los ciclistas que les precedían. Una auténtica guerra. Las velocidades eran de vértigo y cada conjunto de ciclistas se
organizaba para obtener el máximo rendimiento de sus corredores. Los relevos se
sucedían. Era momento de meter piñones, agarrarse fuerte al manillar y sufrir.
A unos 3kms de meta los palos comenzaron en el grupo
delantero. Siete corredores y un sólo ganador. La vida. Emilio en un ataque
fortísimo arrastró a Pablo Pello, Luis Alberto, Nacho Caniego y Alberto Rubio. Quedando
los cinco en disposición de ganar en el sprint final. En la gasolinera de entrada a La Alberca los escapados se tanteaban y
afilaban cuchillos para el último esfuerzo. Ya dentro del pueblo y con una
recta muy larga en la que la pancarta de
llegada se ve desde bien lejos, el sprint comenzó. Finalmente se impuso con
claridad Pablo Pello (BH Concept Valencia) superando a Alberto Rubio
(Contraviento) y Emilio (Mesevasola). Pablo levantó con ganas los brazos pues
en la edición anterior fue segundo. El que la sigue la consigue. Un emocionante
final para una gran marcha ciclista. Enhorabuena.
La gente del pueblo agradeció con sinceros aplausos la llegada de cada
corredor. Desde el ganador al último ciclista, todos y cada uno dentro de sus
posibilidades habían dado el máximo y los aficionados así lo agradecieron. Con
la entrada del último ciclista se ponía fin a la VII Marcha Contraviento. Ahora
tocaba el "tercer tiempo": comer, recuperar y comentar la prueba.
Esto gusta y también es ciclismo.
Todos los corredores acudieron de nuevo a La Plaza del Parador para
disfrutar de un nuevo avituallamiento. Las risas, comentarios y corrillos
pronto abarrotaron de nuevo el lugar para comentar impresiones y evaluar la
marcha. Una vez recuperado el resuello con bebidas y aperitivos, los ciclistas
acudieron al Pabellón de la localidad para darse una ducha y ponerse cómodos.
Ahora tocaba casi lo mejor... ¡COMER! La comida se llevaría a cabo en el
Recinto Ferial. El alcalde de la localidad (F. Quilez) junto con sus fieles
ayudantes había preparado un enorme caldero de arroz que daría comida a más de
300 comensales. Unas enormes mesas alargadas ocupaban gran parte de la nave y
poco a poco corredores y familiares fueron tomando posiciones. No sólo hay que
destacar la gran cantidad de arroz que se proporcionó sino la calidad del
mismo. Simplemente estaba delicioso. Chapeau.
Llegaba el momento de los premios, agradecimientos y discursos y allí no
se movió nadie ya que todos estaban encantados con la velada. En primer lugar
el Presi y la junta directiva de Contraviento agradecieron la asistencia a
todos los participantes y llevaron a cabo la entrega de premios
correspondientes: corredor más joven, corredor más longevo, peñas más
numerosas, peña más lejana, etc. Un sin fin de obsequios para unos ciclistas
que acudían a recoger los regalos con la más amplia de las sonrisas y saliendo
ovacionados por los presentes. Tocaban los sorteos, uno de los momentos
preferidos de los asistentes por ver si pescaban algo. Gracias a los
patrocinadores se pudieron sortear multitud de regalos bien diferentes: desde
estuches de vino, pasando por quesos y rolletes hasta cascos y ropa ciclista.
Un lujazo.
Por último agradecer a todos los ciclistas su asistencia, así como a la
ambulancia y equipo médico, motoristas voluntarios, guardia civil, azafatas
Contraviento, protección civil, patrocinadores, nuestro alcalde y ayudantes y
por supuesto a nuestros grandes fotógrafos/as.
El año que
viene más y mejor. Muchas gracias.
C.F.M